martes, 14 de febrero de 2017

El centro de todo

Hace tres horas que ha caído la noche, y siento un gran desasosiego. Me pregunto qué estarás haciendo, qué estarás pensando, qué estarás sintiendo en este momento... 

Te veo en mi mente, y me pregunto cómo tocas, cómo te aproximas, cómo gimes, cómo besas, cómo respiras... Entonces apago la luz y la realidad se diluye, e imagino que mis manos son las tuyas. Aunque estoy sola, somos dos en mi cama. Tus manos me desnudan y urgen por encontrar el centro de todo, y lo tocan y disfrutan de él. El roce de las sábanas contra mi piel me hace sentir viva. De repente salgo de esa ensoñación y me pregunto si estarás sintiendo algo de todo esto. Me siento poderosa pensándote mientras toda mi energía está desplegada de esta manera. Entonces, con más fuerza vuelve tu sensación a mi y me desnudo completamente, toda la ropa me molesta. Lo quieres todo. Me revuelvo pero me retienes con mucha precisión, te miro a los ojos, y entonces... todo termina. Mi energía se multiplica y se me nubla la mente. 

Y me pregunto qué estarás haciendo, qué estarás pensando... qué estarás sintiendo en este momento.


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